Es
difícil no sentir nostalgia al recordar el camino recorrido. Sin duda ha sido,
sigue siendo y será el camino más placentero que podamos tomar.
Lo
recuerdo casi como si fuese ayer,15 de mayo 2012, la prueba decía
"positivo" por fin vamos a ser papás! y de ahí nuestra aventura
comenzó.
Un
año previo habíamos perdido un bebe, no sufrimos tal decepción pues no sabíamos
que estábamos embarazados, pero ahora que estábamos seguros y consientes, era
como si por fin estuviéramos conquistando el mundo. Nuestra Dra. nos advirtió
que pudiera ser que mi cuerpo rechazara el feto, no dejara que se desarrollara
y lo expulsara como previamente lo había hecho, eso nos puso tristes por un
momento pero nuestra fe, la esperanza y el amor que ya sentíamos por eso que se
convertiría en nuestro hijo era tan grande que nos regresaba la alegría y el
sol a nuestros días.
Teníamos
un riesgo y lo conocíamos, entonces pusimos todo nuestro esfuerzo para
cuidar, proteger y lograr nuestro bebe. Junto a esta aventura también
inicio nuestra labor de búsqueda, leíamos todo lo que podíamos referente al
tema, incluso fantaseábamos en como se llamaría, como seria física y
mentalmente.
Desde
antes de embarazarnos le había comentado a mi esposo que me gustaría probar un
parto en agua, me agradaba la idea, a lo que el me comentó que lo
investigaríamos e indagaríamos un poco con nuestra Dra. Al exponerle nuestras
inquietudes ella respondió que tendríamos que evaluarlo mas tarde, debido a que
por mi situación clínica ella no lo recomendaba.
El
tiempo pasaba, y como era de esperarse, mi cuerpo empezó a rechazar a nuestro
bebe, así que nos pusimos en manos de Dios que a través de nuestra Dra. nos guiaría
a lo que seria un embarazo exitoso. Como su recomendación, decidimos abandonar
la idea del parto en agua, pero seguíamos dirigidos a tener un parto natural,
yo quería vivir esa experiencia, los dolores, la incertidumbre y la sorpresa,
lo quería vivir TODO.
A
las 12 semanas ingresamos al CAMI a tomar clases de yoga y pilates prenatal,
teníamos que prepararnos y mantenernos saludables en el proceso. Pero Oh
sorpresa! a los casi 6 meses mi cuerpo y estaba dilatando, nooo! Todavía no era
hora, me tuvieron que internar para proporcionarme medicamento y parar la
"labor de parto" y esa fue la primera de tres veces que estuve
internada por amenazas de parto prematuro.
No
me malinterpreten, para mi, mi embarazo fue mágico, maravilloso, perfecto; o de
que otra manera podría yo llamarle al proceso que tuve que pasar para poder
tener en mis brazos a la criatura más hermosa que en la vida he visto.
En
fin, después de abandonarlas clases de yoga o pilates, ya que estaban
funcionando más que bien, y me estaban induciendo un parto antes de tiempo, me
relaje y disfrute de mi embarazo a mi manera, para que el 20 de
diciembre 2012 cuando me tocaba una simple revisión o consulta de rutina,
nos diéramos cuenta que ya estaba dilatando, otra vez, y lo único que recuerdo
es a mi Dra. decir "ya tienes entre 4 y 5cm de dilatación ". Y vi
como en su mano (guante) ya mostraba manchas de sangre. "Levántate, ve al
baño y ponte una toalla, y vamos a platicar”. Recuerdo haberme metido al
baño y hacer lo que ella me indico, y al momento de hablar con ella yo sostenía
una copia de mi "plan de parto" que quería discutir con ella.
Cual plan de
parto, “tenemos que realizar una
cesaría” ella dijo, en ese momento me bloquee, no pude escuchar nada mas, era
como si mi mente se fuera a otra parte mientras mi cuerpo estaba ahí, a lado de
mi esposo, frente a la Dra., mientras ella nos explicaba los riesgos que tendríamos
tanto mi bebe y yo si pasábamos por una labor de parto normal. Yo sólo
recuerdo que mi esposo tomo mi mano fuerte y me dijo, que él no quería que nada
malo nos pasara y yo sin saber respondí que no quería poner mis deseos encima
del bienestar de mi familia, por que ya éramos una, y no podía arriesgarme a
dañarla.
En ese
momento me dejaron internada, mi esposo fue a pidió a mis suegros que si por
favor podrían llevarnos las maletas que ya estaban listas , les explico donde
encontrarlas y que más traer pues él no me quería dejar sola ni un segundo. Yo
por mi parte le avise a mi mamá y a mi papá, y esa misma noche a las 9:00
pm me ingresaron a quirófano.
Para esa hora
ya todo me dolía, mi cuerpo era como si no respondiera muy bien, se engarrotaba,
y tenia entumido de la cintura hacia abajo, tuve que pedirle ayuda al enfermero
para subir a la plancha o camilla que tienen ahí. Tenia miedo, tenia ganas de
llorar, de gritar, no recuerdo haber estado en un quirófano antes, pero para
entonces me puse en manos de Dios, ore y platique con Él, me deje llevar.
Llego la anestesióloga,
y con ayuda de una enfermera me dijo que la abrazara me apoyara en ella y me encorvara,
pues me pondrían la epidural, y aunque yo me reusaba a la idea, ¿de que otra
manera me operarían si no me dejaba anestesiar?. Una vez que me encorve, busco
la parte donde la pondría, luego, me puso una pequeña inyección para poder anestesiar
el área y luego poner la epidural. Es un proceso un poco traumante y más después
de que recuerdo claramente la expresión del papa de Paulina, una compañera del
curso psicoprofilactico, cuando se expresaba de como fue para él estar presente
cuando a su esposa le pusieron la epidural. Yo también oí el crack que el
menciono. Pero bueno, no había vuelta atrás, ya me habían puesto la epidural y
deje de sentir mi cuerpo, me relaje y espere a que todo se diera.
Minutos mas
tarde cuando todos ya estaban listos, dejaron entrar a mi esposo al quirófano,
y al mirar sus ojos, me sentía libre, apoyada, todo saldría bien porque Dios y
el estaban conmigo. Me empezó a dar mucho sueño pero no podía darme el
lujo de quedarme dormida, tenia que escuchar a mi bebe , saber que estaba bien
y entonces empecé a tener dificultades para respirar, lo bueno fue que la anestesióloga
no se fue de mi lado ni un segundo, por que ni hablar podía y con una seña ella
me ayudo y salimos adelante.
Lo siguiente
que escuche, "esta bien güero" y después de despertar mi interés y
curiosidad, empezó a llorar, era como mi Marco me estuviera diciendo, estoy
bien mamá, ya estoy listo y dispuesto para que me veas, me abraces y me ames
para siempre. Mis lagrimas corrían por mis ojos mientras no podía evitar las
ganas de querer levantarme y abrazarlo. Lo bueno fue que mientras la pediatra
realizaba la limpieza y evaluación, estaba en un punto donde lo pude ver de
lejos. Y ahí estaba, blanco, grandote, hinchado, hermoso y lo mas importante mío...
Era mi hijo, lo que con esfuerzos cuide, al quien por 35 semanas cante, hable, conté,
con el que compartí TODO durante esos últimos meses.
Lo
acercaron a mi, lo bese, nos tomaron una foto (hermosa por cierto) y se lo
llevaron, algo andaba irregular con su respiración y tenían que ponerlo en la
incubadora por unas cuantas horas y mantenerlo en observación para vitar
cualquier complicación. En cuanto vi salir a mis dos amores, no se que me
paso, aun todavía existe esa laguna en mi mente. No recuerdo haberme dormido,
no recuerdo que me hayan cocido o cambiado a la camilla, solo recuerdo que
estaba saliendo de quirófano y entrando a la sala de recuperación. De ahí me
pasaron a mi cuarto disque a descansar, pero como puede una madre descansar sin
haber podido tener en sus brazos a su bebe, estaba vacía, era la primera vez
que no estábamos juntos, estaba hueca y no podía conciliar el sueño.
Al día siguiente realice hasta lo imposible, me bañe y arregle, ya que si
había pasado la noche sin ver a mi hijo, el al menos tenia que encontrar a su mamita
lista, bañada y radiante para abrazarlo, verlo y acariciarlo. Como a pesar del esfuerzo
no podía caminar, me llevaron a donde él se encontraba en silla de ruedas, fue
el pasillo más largo de mi vida, se me hacia que no llegábamos. Por primera vez
vería a mi hijo libre de anestesias y drogas, y aunque no lo pude sostener en
mis brazos fue de los momentos mas hermosos y mágicos. Esa noche ya lo pude
tener en mi cuarto y ahora si, mi cuerpo gritaba cansancio y al sentirlo cerca
pudimos descansar los dos y a mi marido le toco hacernos guardia.
Todavía no nos damos por vencidos, esperamos tener otro bebe, con suerte
y sea la niña, y con suerte también sepa el camino y podamos tenerlo natural quizá
hasta pueda ser parto en agua. Sea como sea, se que será perfecto asi como este,
cada uno a su manera.